Danos un corazón capaz de seguir tu voz y reconocerte
en los hermanos, con una mirada misericordiosa y bondadosa que nos
permita transmitir el amor a quienes
desde el aislamiento social requieren su abrazo maternal, que este seguimiento
nos lleve a continuar tu reino, siguiendo el camino de Evangelio presentado
por Santa Cándida María de Jesús.
Sagrado corazón, ilumina a los jóvenes para que
escuchen tu voz, abran su corazón, dejando miedos e incertidumbres y pongan en
tus manos sus sueños, logros y
esperanzas para que animados por tu amor
den respuestas que ayuden a ver la vida de una manera más humana.
A ti te pedimos, oh Corazón de Jesús misericordioso,
protector y compasivo para que nos des tu gracia y una “fe, fe viva, constante y eterna” para
crecer como Comunidad religiosa y laical constructora de tu Reino para amarte,
adorarte y servirte.
AMEN