DOCUMENTOS PASTORAL JUVENIL

domingo, 20 de julio de 2014

DECIR SÍ A UNA PRESENCIA


Según San Bernardo: "El hombre es elegido". ¿Elegido por quién? ¿por qué? Yo diría por lo Eterno o también, por su vocación propia, su destino. San Bernardo dirá: "El ser es tomado". El toma aquí un texto bíblico según el cual el hombre es "visto" desde el seno de su madre, amado en el seno de su madre. Es elegido a la vez que tiene la libertad de decir "no". Se puede evocar un texto de Bernardo, concerniente a la Madre Divina. El ángel Gabriel se presenta y le anuncia que va a ser madre. Ella duda. Ella no conoce a nadie. Y la naturaleza entera, las hojas de los arboles, la hierba, las piedras claman: "Di sí, di sí, di sí". Cuando un ser seducido por lo Eterno, es llamado hacia su fondo, todo se tambalea. Este fondo, no puede ser nombrado, no puede ser conocido, no se le ha oído hablar nunca: ni siquiera se tiene una experiencia de ello. ¿Cómo decir sí?. Y si se dice "si", es un "si" que va a ser repetido, no todos los días, sino a cada instante... ¿Sí a qué? A una Presencia. Podría también decir un "si" a algo que ignoro. A algo que nace en mi, crece en mi, se despliega en mi... y que yo no puedo nombrar.
Marie Madeleine Davy

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